viernes, 21 de junio de 2013

El Vuelo de las lágrimas: el momento de volver a casa...último rato en el paraíso.

     Nunca las despedidas han sido nuestro fuerte, pero estaba siendo una mañana tan feliz... La mañana empezó bien; conociendo en el desayuno a otros españoles (de Castellón: un abrazo para ellos, que todavía están allí!!!) que viajaban al encuentro de su hijo, con la misma ilusión y esperanza que lo hicimos nosotros 4 días antes.
     Dejamos lo que nos habían recomendado (habíamos preguntado si podíamos llevar una tarta ó pasteles para el cumpleaños de nuestro peque, para que lo celebrasen juntos todos los niños): galletas y plátanos (lo que más comen son manzanas y peras, que se ajustan mejor al presupuesto)...aunque también dejamos unos globos y una velita de cumpleaños que no sabemos si se llegará a encender...
     También es casualidad que, el día que posiblemente nos esté esperando y no aparezcamos, sea el de su cumpleaños; pero quiero pensar que como tampoco es una celebración de las que estamos habituados, no tendrá conocimiento de nuestra ausencia, porque lo verá todo como un sueño...aunque ya sabe el cariño y el amor que llevan consigo las palabras mamá y papá...
     La despedida, para él, ha sido normal; como cualquier otro, por no conocer el sentido...pero no así para nosotros, que según subía las escaleras y desaparecía de nuestra vista, nos sentíamos más desconsolados: porque nosotros sí conocíamos el significado de ese adiós...era el momento de la vuelta a casa; a la misma que lo estará esperando si Dios quiere en unos meses. Ese tiempo, pasará rápido, pero servirá para preparar su llegada ya conociendo sus necesidades...
     El viaje al aeropuerto, ha servido para ir relajándonos y darnos cuenta de lo afortunados que hemos sido con éste niño, que como le he dicho al representante: "es el mejor regalo que el mundo y la vida nos podía dar...".
     Una vez en el aeropuerto, nos hemos permitido estar tranquilos y hablar del buen trabajo de sus cuidadoras y del resto de trabajadores de la casa cuna, y hasta hemos conseguido sonreír y seguir soñando con lo que está por llegar...se acercaba el momento de coger el tercero de los 12 aviones que deberemos coger para dar con la llegada de los 3 a casa...(aunque con las posibles prohibiciones, incluso podría volverse, con la nueva ley, a quedar en 2 viajes! Habrá que esperar para saberlo, pero eso, nos permite pensar en otras cosas).
     Nos vamos con la alegría de saber de su buen cuidado y atención; y sabiendo que todos, conocen ya a los papás de Denis...compañeros y cuidadoras nos trataban con mucho cariño y nos ayudaban en ciertos momentos con sus palabras. Nos han permitido compartir juegos con los niños de su grupo, y eso, nos lo ha hecho aún más fácil y hermoso...
     Hemos subido al avión, con la felicidad de haber disfrutado de unos días fantásticos y con la sensación de haber conocido a la personita más maravillosa del mundo (por supuesto, que cada uno de los que lo vivimos, pensaremos lo mismo de nuestros futuros hijos)...
     Nuestros sueños, siempre habían sido muy positivos y alegres; pero la realidad, el momento de estar con él (hasta en esos momentos de desesperación para él con sus lloros) y de afrontar ese acercamiento...supera con creces cualquier expectativa...
     Desde que vimos su foto, sabíamos que no podríamos rechazar a ese niño de ninguna de las maneras, porque esa cara de circunstancias, nos atrapó el corazón y el alma... Pero una sensación mayor aún, nos embargó al verlo entrar por la puerta de la "sala de música" el primer día. En el mismo momento en que comenzó a llorar hasta el agotamiento, nos dimos cuenta de que ese, iba o estaba destinado, a ser nuestro hijo; y así se lo hicimos saber a nuestro representante ese mismo día...
     Nos propusieron la opción de visitarlo todos los días, por la mañana y por la tarde (fuimos afortunados); y es lo que hemos hecho hasta hoy...ante la sorpresa de todos por el agotamiento (y doy fe de ello) que ello provocaba: no hay que pensar en el tiempo, sino en el cansancio por el estado emocional de cada momento, sumado a la imposibilidad de conciliar el sueño por las noches. El desgaste es tremendo y hay que sumarle el jet lag y los largos viajes...
     También, hemos tenido la suerte de tener un representante magnífico y eficiente en su trabajo, y con un gran amor por los niños: que ha sido de un gran valor personal y emocional y nos ha apoyado mucho en los malos momentos.. pero lo más bonito, ha sido su ánimo para afrontar la espera: "no os preocupéis por vuestro hijo, que yo voy a cuidar de él hasta que vengáis a recogerlo: lo que no os puedo garantizar, porque no está en mi mano, es cuando va a ser ese momento". Lo mejor, es que sabemos que lo ha dicho de corazón; y con un sentimiento, que no sé si habrán notado otros que han pasado por esto. Hasta ahora, ha sido una especie de "tío" en Vladivostok; y para nosotros, también lo seguirá siendo el día que nuestro hijo, haga éste viaje con nosotros...
     Ya en el avión, llega el momento del despegue: lo que hasta ahora era calma y tranquilidad, se convierte, sin darnos cuenta, en un río incontrolable de lágrimas que recorren nuestros rostros hasta que son absorbidas por el cuello de nuestros polos. No hacía falta preguntarnos qué nos ocurría...nos alejábamos de Vladivostok, y con ello, de nuestro hijo; ese que ya nos hace tan felices y dichosos, y que no cambiaríamos por nada del mundo. Éste, sin duda, ha sido el vuelo de las lágrimas; que seguían cayendo aún con los ojos cerrados (siendo perfectamente conscientes de lo que allí queda para nosotros), pensando en el ángel que dejamos atrás: "jaroschy malchik", Denis...
Nunca te disculpes por ser sensible o emocional. Que esto sea una señal de que tienes un gran corazón y no tienes miedo de que los demás lo vean. Mostrar tus emociones es signo de fuerza.
    
     Desde ahora, los sueños tendrán rostro, y los pasos que demos, tendrán sentido...porque tenemos quien nos espera con una sonrisa y un abrazo guardados para nosotros, sus papás...

2 comentarios:

  1. Hola estuvimos en el Motor Vlad Inn en esos dias, mi futuro hijo esta en Arthem.Si deseas podemos hablar en privado. Saludos y os felcito por el blog, muy conmovedor.Somos de Canada.

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  2. Por supuesto que nos encantaría!!! Poder compartir la experiencia es fantástico! Y además, nosotros tenemos parte de la familia en Canadá, aunque supongo que será en la otra costa, en Montreal...
    Mi mail es lmmanrique11@gmail.com
    Un abrazo muy fuerte.

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