jueves, 26 de junio de 2014

En Adopción, aprendemos a Sentir como propia, la Felicidad (aunque también la tristeza) de quienes nos acompañan.

     Mientras seguimos esperando nuestras noticias e información sobre nuestro viaje a Vladivostok; compartimos y tratamos de vivir y sentir, la Felicidad de quienes nos acompañan en ésta aventura de la Adopción.
     Hay familias que preparan sus viajes a Rusia por distintos motivos: y todas ellas, motivadas únicamente por el amor a unos hijos a quienes conocieron en su día y no pueden olvidar tan siquiera un segundo de sus vidas. Algunas de ellas, con la suerte de acudir para tratar de traerlos a los hogares que tanto necesitan y que los esperan desde hace mucho tiempo... y otras, para poder volver a ver a esos hijos con quienes aún no se les permite emprender el camino a casa. A pesar de ello, seguimos confiando en la cordura de quienes deben dar con esa solución que no ponga más barreras al Amor Incondicional de padres e hijos...
     Otras familias, viven in situ esos momentos mágicos tan ansiados y deseados en la vida: los de sentirse padres (y sentir el amor por un hijo por primera vez: algo que es sencillamente, maravilloso) en algún caso...y los de serlo oficialmente, en otros.
     Es una sensación de inmensa alegría, poder compartir con personas a quienes quieres, cada momento y cada situación nueva mientras sienten y conocen a sus pequeños... cada caso y cada familia es una experiencia nueva y gratificante; pero además, sirve de aprendizaje al ser humano: somos realmente muy afortunados de haber compartido (y a buen seguro que seguiremos haciéndolo) tantas vivencias junto a muchas de ellas.
     Ésta semana, se hace justicia con una de las familias que tuvo que vivir y sentir una de las peores vivencias de la adopción; pero que con todo el cariño que los mueve por el sendero de la vida, han conseguido seguir adelante y conocer a un príncipe que los hace enormemente felices; y por quien harán todo lo que esté en su mano para lograr que muy pronto, sea su hijo. Han "sentido" al fin lo que es la Adopción y lo que es sentir a un hijo, que no sólo creció en el vientre de una mujer, sino en el corazón de quienes lo deseaban y esperaban más que a nada en el mundo... Seguimos soñando con un mundo en que la lógica impere y no se pongan barreras al Amor y a la Necesidad...y por ello, confiamos en que así será y éstos amigos darán una vida llena de cariño y en la que pondrán todos los medios posibles para sentir la Felicidad juntos. Y esa vida, si Dios quiere, la compartiremos también con ellos.
     Sería difícil poder expresar la alegría que sentimos quienes algún día emprendemos el camino de la adopción, observando y sintiendo la Felicidad de otras familias ...pero también se que la mayoría de personas que puedan leer éstas reflexiones, han sentido alguna vez (si no muchas) en sus propias carnes, lo que representan esos instantes: y quienes no lo hayan hecho, aún están a tiempo. Sentir erizarse el pelo con las noticias y no controlar las lágrimas que caen por el rostro, también puede ser por "vivir" la alegría de los demás y poderla compartir con todo el corazón... y simplemente por eso, ya vale la pena cualquier esfuerzo. Las distancias, el tiempo y los obstáculos, no deben ser nunca impedimento para alcanzar nuestros sueños; pero aún menos, cuando es únicamente motivado por el Amor a un hijo... aunque en muchas ocasiones, haya nacido y crecido a miles de kilómetros de su hogar.
     La Esperanza nos mueve a todos al encuentro con nuestros hijos, a pesar de que la vida y el Destino en muchos casos, hayan querido que éstos, esperen en la distancia.
El Amor nos mueve a buscar a nuestros ángeles; estén donde estén...

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